La boda de Lucía y Juan: una romántica ceremonia en el Valle de Benasque

A veces, ese inocente amor de colegio puede convertirse en la persona con la que querrías pasar el resto de tu vida... Y esta es la historia de Lucía y Juan. Una bonita coincidencia hizo que esta pareja se conociera. Ambos compartían grandes amistades pues las amigas de ella eran –a su vez– compañeras de clase y vecinas de él. De un juego de niños, en el que las amigas de Lucía le insistían sobre el interés de Juan por ella –casualmente siempre aparecía cuando Lucía estaba en el vecindario–, surgió el amor más inesperado y sincero. Al finalizar la carrera, la joven decidiría marcharse a Londres en busca de nuevas experiencias, pero lo que no sabía es que la experiencia más bonita de su vida la empezaría a vivir a su regreso, pues la vuelta de Lucía a España estrechó lazos entre ella y Juan, que permanecerían unidos durante cinco años inolvidables. 

Después de esa intensa relación, en la que llegaron a experimentar la distancia durante dos años, por fin dieron el gran paso. Lucía soñaba con una boda íntima, incluso secreta en algún intrépido viaje con él en otro continente, pero Juan no quería casarse con la mujer de su vida sin celebrarlo por todo lo alto. Y así fue. Después de una cena hogareña y muy romántica, Juan se lanzó en busca de un "sí, quiero" que, indudablemente, llegó.

Todo y vivir en Madrid, la pareja cayó rendida ante la belleza de Huesca y la naturaleza del Valle de Benasque que, de forma inevitable, se acabaría convirtiendo en el telón de fondo de su gran día. A los pies del Pico Aneto, el hotel Hospital de Benasque –un espectacular edificio histórico de estilo rústico– sería el enclave aragonés que acogería tanto la ceremonia como el banquete. Un cariño especial hizo que Lucía y Juan se decantaran por Benasque y los salones cubiertos de roca y madera del establecimiento, pues en ese mismo lugar habían pasado largas tardes de invierno acompañados de una taza de caldo después de una jornada de esquí. Así, la pareja se dio el "sí, quiero" bajo un escenario con vistas realmente privilegiadas y con la compañía de sus seres más queridos, quiénes no dudaron en desplazarse para el romántico acontecimiento. 

Para la ocasión, tanto Lucía como Juan apostaron por un look acorde con el estilo de la boda. Ella buscó algo que llamase a la informalidad con toques campestres, decidiéndose por un vestido hecho a medida, unos zapatos verde lima diseñados por ella misma en Uniqshoes y una preciosa corona de flores de CarideNicolasTocados en tonos cálidos. Como joyas, únicamente llevó unos pendientes de Suárez –regalo de sus íntimas amigas– y el anillo de pedida, que sorprendió siendo una copia de un anillo familiar del novio. Un detalle, sin duda, de valor incalculable. Juan, por su parte, se decantó por un precioso chaqué en un tono azul marino brillante.

Respecto a la decoración –que debía realizarse íntegra en el interior debido al temporal inestable de la zona–, la pareja confió en Mónica Martínez-Bordiú, quién les ayudó en la preparación de todos y cada uno de los detalles del enlace, así como en la elaboración del ramo de la novia, encajando a la perfección la idea que Lucía y Juan tenían en mente con el estilo propio del escenario. ¿El resultado? Una decoración llena de personalidad y sencillez, sumergida en una esencia rústica inigualable. 

Por su parte, Wild Horses Studio quiso captar cada uno de los momentos vividos ese día, creando así el recuerdo más valioso y duradero: unas fotografías únicas, dignas de un enlace bañado en los verdes naturales de Huesca y del idílico amor entre Lucía y Juan... ¡Disfrutad de ellas!