La boda de Jorge y Miriam con vistas al mar
Las bodas en la playa son muy especiales y más si cuentas con el lugar perfecto y el personal adecuado. Jorge y Miriam han querido compartir con nosotros la suya en el hotel Le Méridien Ra.
*Artículo cedido por: Le Méridien Ra Beach Hotel & Spa
Jorge y Miriam querían una boda en la playa y tras un fin de semana romántico en el hotel Le Méridien Ra lo tuvieron claro, su boda sería allí mismo. Tanto el trato del personal como las instalaciones ideales, además de una localización de ensueño, lo convirtieron en el enclave perfecto para su boda.
Ambos se prepararon en el hotel donde también se alojaron sus invitados. La novia con un vestido de corte sirena y un velo estilo pirata corto por la cintura, el novio con traje negro, chaleco y corbata.
La ceremonia se celebró en la playa al atardecer. La decoración tan sencilla y elegante como deseaban y habían planeado con su wedding planner. Una cesta con aguas para los invitados, lazadas moradas en las sillas y cada extremo decorado con plantas altas de flores blancas. La mesa a modo de altar al fondo con el Mediterráneo brillando para ellos. El maestro de ceremonias, Xavi, fue el narrador perfecto de su historia de amor y culminó la ceremonia con el ritual de la arena.
Los recién casados fueron a hacerse unas fotos por las instalaciones del hotel con sus fotógrafo, de Punt de Vista mientras los invitados tomaban un delicioso aperitivo en una terraza privada. Al llegar los novios comieron un poco antes de pasar a la cena.
El baile se celebró en uno de los salones del hotel, un espacio con paredes retroiluminadas de diseño elegante y moderno. Mientras disfrutaban todos juntos, se sirvieron unos gintonics, según los novios, los mejores que han probado hasta la fecha. La música era tal y como la habían programado, así que todo salió a pedir de boca.
Y eso no fue todo sino que al volver a su habitación, los novios tenían unos dulces y una botella de cava. Además, habían preparado una nota personalizada para cada invitado y habían dejado en las habitaciones de sus respectivas madres un ramo de flores para cada una. Qué mejor broche final para un día perfecto, el primero de su nueva vida como marido y mujer.