La boda de Jordi y Lidia: un "sí, quiero" inspirado en la mágica leyenda de Sant Jordi
En la universidad, Jordi y Lidia encontrarían en ambos al amor de su vida. A pocos meses de cumplir ocho años de noviazgo, esta pareja decidía darse el "sí, quiero" en un enlace único, con la romántica leyenda de Sant Jordi como gran protagonista.
En una de las épocas más bonitas de la juventud, en esos años inolvidables que te brinda la universidad, Jordi y Lidia se conocieron gracias a una amistad en común. De esa preciosa coincidencia surgió el amor entre ambos, quienes decidieron iniciar un camino juntos un cálido mes de octubre... Después de casi ocho años viviendo una relación de noviazgo única, durante un romántico paseo por el lago de Bañolas (Girona) en una tarde de primavera, Jordi y Lidia decidieron dar un paso más en su relación y unir sus vidas en una sola.
El precioso Parque Natural del Montseny y concretamente el Hotel Can Cuch –situado en este bello enclave catalán–, fue el mágico rincón escogido por la pareja para darse el "sí, quiero"; un lugar en el que los sueños de ambos se hicieron realidad. Así, el 23 de abril de 2016, conocido por ser el Día del Libro y por su romántica tradición en lugares como Cataluña –con la celebración del día de Sant Jordi– y Aragón –donde celebran San Jorge–, Jordi y Lidia unirían sus corazones en un enlace absolutamente único.
Al casarse en la inmensa belleza del escenario catalán y en una fecha tan señalada, Jordi y Lidia quisieron que su enlace fuese un guiño a su tierra y a la romántica leyenda de Sant Jordi, perfecta como protagonista de cualquier boda por su sentido significado. Así, la pareja se inspiró en esta mágica historia –la de un galante caballero que salvó al pueblo de Montblanc y a la hija del rey de la terrible amenaza de un dragón que habitaba entre ellos, convirtiendo su sangre en rosas– para cubrir cada rincón y cada pequeño detalle de su perfecto día. Como homenaje a esta fantástica leyenda y al Día del Libro, el día 23 de abril es en Cataluña el momento en el que las rosas y los libros cobran un sentido muy especial. Y esto es lo que quisieron reflejar Jordi y Lidia en el día de su "sí, quiero". Así, dentro de una línea de estilo rústico impecable, acorde por completo con el escenario natural del Montseny, esta pareja de jóvenes cubrieron el escenario con detalles propios del gran día: las rosas rojas tiñeron gran parte del escenario; se distinguió a "hombres" y a "mujeres" como "caballeros" y "princesas"; los regalos para los más pequeños fueron puntos de libro con el dibujo de rosas y dragones; los centros de mesa fueron rosas rojas con los nombres más característicos de la tradición catalana; y, entre otros, la tarta nupcial se cubrió de rosas rojas a las que acompañaba un cake topper caracterizado como una princesa y un príncipe besándose.
En cuanto al look, ambos novios brillaron con luz propia con la elección de un vestuario clásico y sencillo, pero absolutamente perfecto. Jordi optó por un traje de raso azul oscuro-grisáceo, una preciosa corbata tipo pañuelo, un chaleco gris y una camisa blanca, todo a juego con la elegancia de unos zapatos negros. Lidia, por su parte, escogió un vestido de novia blanco roto, fino y elegante, que complementó con unos zapatos blancos de tacón, un precioso semirecogido y un maquillaje muy sutil que aportaba luz a su rostro. El broche de oro a su look lo puso un maravilloso ramo de rosas de pitiminí rojas.
De este maravilloso y original enlace fue testigo el grupo fotográfico de Cristina Illán, quién hizo posible guardar en el recuerdo una boda única gracias a unas fotografías llenas de luz y color. El retrato perfecto de todo cuanto significó el enlace de Jordi y Lidia... Sin duda, una boda excepcional y un guiño mágico a una de las tradiciones más bellas y románticas que existen. No os perdáis el que fue el inolvidable día de esta gran pareja.