La boda de Jaime y Sandra: de una inolvidable pedida en París a su especial "sí, quiero"
En un bar, en el momento menos esperado... Así surgió el amor entre Jaime y Sandra. Si bien dicen que una amistad vale oro, ¿qué puede esperarse del amor que brota de esta relación? Descubrid la historia de esta pareja y su mágico "sí, quiero".
Cuando menos lo esperas, de una bonita amistad puede surgir un amor inolvidable... y así podría contarse la romántica historia de Jaime y Sandra. Esta pareja de jóvenes se conoció como lo hacen en las películas: de la forma más sencilla y romántica posible. Casualidad, o bien que el destino estaba escrito para ambos, Jaime trabajaba como camarero en el bar que Sandra frecuentaba de vez en cuando. Poco a poco, la chispa surgió. Tras un tiempo siendo amigos, pronto tomarían las riendas de su relación encaminándola hacia una historia romántica, cómplice... única.
París, la ciudad del amor
Nada más y nada menos que 13 años. Ese fue el tiempo que Jaime y Sandra compartieron juntos antes de dar el paso más decisivo en sus vidas: formalizar su amor ante el altar. Lo hizo Jaime, y de una forma que su chica jamás olvidará... ¿Qué mejor que París para gritar a los cuatros vientos lo que sentían el uno por el otro?
El joven aprovechó el viaje que hicieron a la ciudad del amor para la romántica proposición. Así, y bajo las imponentes vistas de la ciudad, Jaime se declaró a la mujer de su vida con un bonito anillo de pedida. El momento fue único, y... ¿el final? La celebración de una boda ensueño. No podía ser de otra forma.
El Montseny como testigo de su "sí, quiero"
La pareja decidió celebrar su enlace tomando como telón de fondo la belleza exclusiva del Montseny, concretamente en un espacio muy especial de San Felíu de Buxalleu: Can Riera de la Pineda. Así, en una masía típica catalana situada en un entorno natural y privilegiado, Jaime y Sandra se dieron el "sí, quiero".
Como decoración, los enamorados apostaron por vestir su escenario de una impecable esencia rústico vintage, aunque muy propia y siempre aprovechando la belleza natural del propio escenario. Además, ambos tenían claro que querían reflejar su identidad en cada detalle, y lo lograron gracias a todos los elementos del escenario que se encargaron de elaborar minuciosamente con sus propias manos. Por otro lado, contaron con la ayuda incondicional de Criscatering y el equipo de Can Riera de la Pineda, que sin duda resultaron imprescindibles para poner el broche de oro a una decoración de 10.
Clásicos con toques boho chic
Los novios lograron brillar con luz propia en su gran día, no cabe duda.
Jaime apostó por un elegante traje de Señor en tonos grisáceos y corbata de con toques de color. ¡Único! La novia, algo más boho chic, se decidió por un vestido de Otaduy que combinó con un romántico velo de El Tocador de la Novia y una melena suelta combinada con un bonito tocado.
De ensueño
De este día mágico, en el que todos pudieron disfrutar de unas grandes vistas, una tranquilidad excepcional y un amor de película, fue testigo el equipo fotográfico de Escarpenter Fotògraf. Sin duda, la felicidad que se respiró en ese gran día quedó retratada en cada fotografía... la belleza de unas imágenes llenas de luz y una esencia única. ¡Descubridlas!