La boda de Enric y Eva: amor bajo el cielo estrellado
Tarragona fue testigo del primer encuentro y el nacimiento del amor verdadero entre Enric y Eva; cuatro años más tarde, decidieron fundirse en un romántico "sí, quiero" bajo un cielo absolutamente estrellado. ¿Queréis conocer su historia?
En una mágica noche de noviembre, Enric y Eva unieron sus corazones en el que se convertiría en uno de los momentos más especiales e importantes de sus vidas. Después de cuatro años juntos, en los que la complicidad de sus miradas cada vez cobraba mayor intensidad, él decidió cambiar el rumbo de sus vidas por siempre. Enric, enamorado y empeñado en forjar su relación, pidió matrimonio a Eva en dos ocasiones distintas y, a la segunda, fue la vencida; poco después se convertirían en marido y mujer.
Una noche llena de magia
L'Orangerie de Clos Barenys, una preciosa masía de Vilaseca, en Tarragona, fue el lugar que enamoraría a la pareja para la gran fiesta de celebración de su esperado día. Después de firmar su unión ante notario, Enric y Eva se desplazaron hasta este maravilloso enclave catalán, lugar que acogería a familiares, amigos y, por supuesto, a los recién casados. La decoración, sencillez, delicadeza y romanticismo de la mano de L'Orangerie de Clos Barenys, se presentó siempre bajo un sello absolutamente personal, elaborado por ambos tarraconenses. Art Floral Vallribera, por otro lado, conformaría minuciosamente la decoración floral del enlace, coronando la paniculata como la flor protagonista de la noche. La cena acabaría convirtiéndose en un momento único de forma natural, con el amor más puro de dos recién casados y la inmejorable compañía de grandes invitados. Estos últimos, reservaron una especial sorpresa para Enric y Eva, culminando con un momento de máxima felicidad; un vídeo personal, elaborado por todos sus familiares, los detalles de sus invitados y cada gesto de cariño, se convertirían en el mejor resumen de una noche fantástica. Escenas mágicas, que acabaron siendo inolvidables gracias al objetivo de Sublim, pues supo captar, en todo momento, los detalles más delicados y la esencia más pura y real de lo que fue una boda absolutamente especial y difícil de ver más que en contadas ocasiones.
La canción del novio
Sardina's Golden Rule amenizó la noche de una celebración absolutamente mágica, en la que el mismo novio, Enric, guardaba una última sorpresa para su ya mujer; dedicarle en directo una romántica canción con la ayuda de todos sus grandes amigos. Por otro lado, la tradición se uniría a este fantástico enlace con la presencia de una de las muestras culturales más arraigadas de la zona: el ball de diables.
Los novios lucieron más que espectaculares, pues supieron iluminar por completo un cielo ya cubierto por la luna y su fiel manto de estrellas. Un tul de seda en color blanco natural, bordado con pedrería de Rosa Clará, unos preciosos zapatos abiertos por delante y destalonados en plata tornasolado, y un ramo de rosas David Austin balncas, astilbe y brunia, fueron protagonistas del look de una novia indiscutiblemente bella. Él, lució un impecable traje clásico, en tonalidades negras, grises y blancas. El toque de originalidad en su look lo dieron unos maravillosos gemelos en forma de notas musicales.