La boda de David y Miriam: un inolvidable festival en pleno otoño
Al aire libre, en pleno mes de noviembre y con un cielo gris, David y Miriam celebraron el tan esperado día: una boda llena de magia que convirtieron en un auténtico festival. Conoced a la pareja sin perder detalle de su increíble momento.
Después de años de relación, David y Miriam decidieron dar el gran paso. Sucedió el 15 de noviembre de 2014 en el pequeño municipio de Saelices, en Cuenca. El escenario escogido por la pareja para darse el deseado "sí, quiero" fue la Hospedería Casas de Luján, una preciosa finca rústica del siglo XVI con la magia única e inigualable de haber pertenecido a la realeza de Isabell II.
El vestido de la novia
El frío y un cielo gris –clásicos del otoño– daban la bienvenida al que acabaría convirtiéndose en uno de los días más felices en la vida de ambos enamorados. David y Miriam se despertaron esa mañana de sábado en la misma casa rural que, pocas horas más tarde, acogería el esperado enlace. Sus looks no podían ser más acertados. La novia lució perfecta con un precioso vestido de Elena Cabanillas, con escote ilusión y de corte evasé, elaborado con varias telas y con una mezcla de blancos dorados. Una mantilla con flecos y un chaquetón de lana acabaron de darle ese toque rústico y otoñal, siendo así sus perfectos complementos. Por su parte, David escogió un traje de Félix Ramiro en color negro y una discreta corbata en un tono azul-grisáceo. Dos estilos diferentes pero impecables que lograron brillar con luz propia.
Escenario otoñal
Aunque los días previos la lluvia había calado en el ambiente, la humedad, el olor a mojado y la intensidad de los colores del otoño se fundieron a la perfección, transformando el espacio en un escenario lleno de romanticismo. La pareja no quiso desaprovechar la belleza natural de los jardines de la hospedería y –diferentes y atrevidos como en su día a día– quisieron que la decoración de la ceremonia la protagonizaran grandes árboles, verdes naturales y alfombras de hojas secas teñidas con tonos cálidos. Así, David y Miriam se convirtieron en marido y mujer frente a unos emocionados invitados y la belleza indiscutible de los jardines de la finca.
Sorpresa con el baile
Entregados al gran día y a sus más queridos, y felices después de formalizar su amor, los novios se adentraron en una de las magníficas salas del enclave rural donde los invitados ya esperaban el gran banquete. David y Miriam sorprendieron con una entrada absolutamente espectacular: con gafas de sol –y en apariencia algo tímidos– hicieron de su llegada un divertidísimo baile que acabó con la participación improvisada de toda la sala. Bailes desenfrenados, coros al son de la música, servilletas al aire y carcajadas sin fin, llenaron toda la sala en ese rato inolvidable. Después de la exquisitez del menú nupcial, las luces del lugar se fundieron recreando una espectacular discoteca con disc-jockey, pista de baile y pequeños destellos de luz de colores que culminaron con esa esencia festivalera.
La decoración, con aire vintage
La boda de David y Miriam se vivió en un escenario completamente natural y, sin duda, el estilo rústico era el que mejor podía encajar con la decoración natural del paisaje. Y así fue. La pareja apostó por la sencillez de la madera, el latón y la pizarra, combinada con pequeños toques de color –gracias a las flores– y con un discreto guiño al estilo vintage –con la presencia de muebles característicos de otras épocas–. El blanco, el marrón, el beige y –en contraste– el rojo, fueron los colores protagonistas en un enlace donde la fiesta cobró un sentido especial. David y Miriam querían una boda diferente y qué mejor forma de llevar a cabo ese sueño que haciendo de su día un auténtico festival de música. Merchandising, carteles publicitando la boda, fotografías de ambos, pulseras para todos los invitados y una papelería digna de cualquier gran festival, acabaron de dar al enlace una personalidad indiscutible.
Sin perder detalle, la fotógrafa Beatriz Tudanca fue la responsable de guardar en el recuerdo más duradero cada momento vivido en ese gran día. Un enlace otoñal, donde el romanticismo, el valor de la amistad y la familia, y el reflejo más sincero de la personalidad de una pareja cobraron vida... No perdáis la oportunidad de conocer esta increíble boda.