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Bodas

La boda de Daniel y María: enamorados de la vida, la sencillez y el viajar

La experiencia inolvidable que ofrece el programa de estudios Erasmus unió los corazones de Daniel y María para siempre. Varsovia y Valencia coincidieron en un precioso enlace donde la naturaleza, la sencillez y el amor brillaron por completo.

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Joaquín Corbalán Fotógrafo

Quién diría a Daniel que, pasados ocho años de haber vivido una experiencia poco grata durante su Erasmus en Valencia, conocería en la ciudad de Varsovia a una joven valenciana que cambiaría sus esquemas por completo. Era el momento de María de conocer las vivencias que este conocido plan de estudios ofrece y, sin esperarlo, Polonia le brindó la oportunidad de vivir una experiencia única y de conocer –a su vez– a quien acabaría convirtiéndose en el amor de su vida: Daniel. Después de dos meses de amistad, María se lanzó a por un primer beso que desembocaría en una historia de amor única e inolvidable en la vida ambos. Acabado el Erasmus, el amor hizo posible que Daniel se mudara a Valencia –ciudad en la que nunca pensó vivir por su experiencia de joven–, aunque pocos años más tarde sería Viena la ciudad que acogería su amor. Tal y como los propios novios dicen: "home is where we are", y así lo demostraron desde sus inicios como pareja hasta el día de hoy, ya como marido y mujer. 

La bonita localidad valenciana de Alginet y concretamente el Huerto de Bonet fue el escenario escogido por la pareja para darse el tan esperado "sí, quiero". Se trata de una preciosa finca del siglo XVIII rodeada de naranjos y con el sabor más tradicional de Valencia. Daniel y María organizaron todo su enlace desde la ciudad austríaca, hecho que les hizo ser menos selectivos y aligerar los pasos en la organización de su gran día. De esta forma, lograron celebrar un enlace perfecto, siendo el reflejo más nítido de sus personalidades y de la esencia de su relación. La pareja soñaba con una decoración de estilo rústico, sencilla y completamente personalizada, y así lo consiguieron gracias a la ayuda de Lorena y Samuel, dos grandes profesionales y perfeccionistas insaciables, quienes lograron adaptar cada detalle a los gustos y al presupuesto inicial que los novios marcaron. Del mismo modo, Trastología colaboró en otros indispensables de la decoración y en el entretenimiento de la ceremonia, como el diseño de las mesas del banquete, las guirnaldas que protagonizaron gran parte del escenario, los carteles y la señalización, y el divertido photocall nupcial. La Seu Catering y Hostelería –con Luis Ibañez en cabeza– pusieron el broche de oro a una celebración única, ofreciendo a novios e invitados un exquisito banquete en forma de catering que encantó a todos los paladares. La corona y el ramo de la preciosa María, así como el ramillete de Daniel, las pulseras de flor reservadas a las damas de honor y las coronas de flores de las damitas fueron obra maestra de Carmen y El jardín de mamá Ana, quién supo captar las directrices de los novios con un juego de flores en tonalidades ocres que encajaban por completo con la esencia más natural del paisaje. Las flores lucieron frescas y coloridas en un look de novia desenfadado y de estilo ibicenco. María confió en Canesú Moda para su vestido nupcial, quienes se basaron en un vestido veraniego de la novia y en varios diseños ibicencos, dando como resultado un vestuario único y muy personal. En cuanto al peinado, Sonia y Grenyes Peluquería –peluqueras de confianza de la novia– dieron más naturalidad y brillo a los rizos característicos de la fantástica cabellera de María.

Aunque la lluvia fue una gran preocupación para los novios, pues el cielo se presentó algo nublado, finalmente nada entorpeció el gran día de ambos enamorados. Daniel y María vivieron un sinfín de momentos emotivos y felices durante su enlace, como su esperado encuentro en el altar rodeados por sus familiares y amigos, el significado de unas miradas llenas de complicidad, cada palabra de amor o la esencia cálida de sus abrazos. En definitiva, ambos jóvenes hicieron posible la celebración de una boda única, donde la personalidad, la sencillez y el amor se convirtieron en protagonistas indiscutibles de cada instante. El fotógrafo Joaquín Corbalán pudo hacerse eco de todos esos momentos, siendo el fiel testigo de cada gesto y el reflejo absoluto de todo lo que sucedió en ese enlace tan especial. Hoy os hacemos cómplices de uno de los días más importantes en la vida de Daniel y María con todas esas fotografías de una boda que, sin duda, permanecerá para siempre en el recuerdo de los novios y de todos sus invitados.

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