La boda de Carlos y Tama: un amor que comenzó compartiendo noches de verano
Tras compartir varias noches de verano en la maravillosa Costa del Sol, Carlos y Tama decidían dar un paso más en su relación. 15 años de amor y su hija Sira fueron motivos suficientes para celebrar una boda sencilla, romántica y muy personal.
En verano de 2001, concretamente en un local de la población de Benalmádena (Málaga), Carlos y Tama compartieron su primera noche de verano. Tras esa fiesta ninguno de los dos sería consciente de lo mucho que sus vidas cambiarían... pero lo cierto es que así fue. La Costa del Sol y ese establecimiento en particular, pasarían a ser los testigos de miradas de complicidad, risas y, en definitiva, del nacimiento de un amor que duraría años –y no conocería final–; después de más de 15 años juntos, en 2016 la pareja se dio el "sí, quiero".
El nacimiento de Sira, un motivo de celebración
El nacimiento de su preciosa hija Sira fue el motivo que llevó a ambos enamorados a celebrar su amor ante el altar. No obstante, y aunque en un principio casarse no era más que un acuerdo mutuo y un simple trámite burocrático, Carlos no quiso dejar escapar la ocasión de sorprender a la mujer de su vida –¡a las dos mujeres de su vida!– pidiendo matrimonio a Tama de la forma más romántica.
Reencontrándose en el lugar donde hacía años atrás se conocieron, y esta vez con una personita de más a su lado, Carlos se arrodilló en plena cena familiar proponiéndole matrimonio a su chica... ¡y ante la atenta mirada de su bebé y del resto de los comensales! Sin duda, y tras unas risas producto de los nervios –que incluso llegaron a contagiar a Sira y al propio Carlos–, la respuesta de Tama fue un rotundo "¡sí!".
Enamorados de la playa
La pareja quiso hacer algo diferente y personal, aunque sencillo, en su "sí, quiero". Por ello, y a partir de la devoción que ambos compartían por el mar, Carlos y Tama apostaron por una celebración a pie de playa; tranquilidad absoluta y puro romanticismo. Del mismo modo, la pareja quiso convertir el blanco en el color protagonista de su enlace, siempre vistiendo un escenario con detalles delicados y elegantes.
Destacaron detalles como la alfombra que llevó a los novios en su camino hacia el altar, las sillas y el altar de madera, la paniculata y el yute decorando cada pequeño rincón... y, por supuesto, el azul del mar como el telón de fondo característico en su gran día. En definitiva, más que un simple escenario nupcial, un sueño hecho realidad para la pareja.
Tenían claro sus looks
Ambos novios tenían claro su outfit nupcial, desde el primer momento. Acorde con el lugar, el novio apostó por un traje de Hugo Boss en tono azulado y zapatos con un toque de tela vaquera. Tama, por su parte, lució un vestido sencillo y elegante, con una cola de quita y pon. Respetando su estilo, y con la ayuda de su modista, la novia logró brillar con luz propia. A su look le acompañó, además, una diadema dorada con motivos corales y flores marinas, y un bouquet de paniculata.
Una boda familiar y con encanto
El enlace de esta pareja fue diferente, de principio a fin. Carlos y Tama, junto a su pequeña hija Sira y sus más allegados –tanto familiares como amigos–, pudieron disfrutar de un día inolvidable y, realmente, difícil de olvidar.
Sencilla, emotiva, familiar y ¡muy divertida! Así fue la boda de una pareja única, que logró cumplir con todo aquello que se propuso en su esperado día B.
De este soñado momento fue testigo, además, el equipo fotográfico de Fran Ponce; a través de un reportaje nupcial de exquisito gusto, el team de profesionales logró captar una esencia mágica y nítida del que, sin duda, fue un día muy especial. ¡No perdáis detalle de él!