La boda de Antònia y Pau: un amor nacido a través de internet
Pau nunca imaginó que, desde Barcelona y chateando, encontraría en Mallorca a Antonia, el gran amor de su vida. Pero así fue. A través de la red y sin buscarlo, ambos jóvenes iniciaron una relación que les llevaría a darse el "¡sí, quiero!".
Cuando todavía no era usual encontrar el amor a través de la red, Antònia y Pau se adelantaron. Conectado él desde Barcelona y ella desde Mallorca a un conocido chat de un diario online, empezaron a compartir comentarios, creándose entre ambos lazos y una complicidad especial.
Después de varias contactos online y, pasado un cierto tiempo, Antònia y Pau sintieron la necesidad de dar un paso más en esa relación que había nacido de la más pura casualidad... De nuevo, el azar entró de nuevo en sus vidas, y esta vez para unir sus corazones para siempre. El destino les tenía preparado una sorpresa: un partido de voleibol hizo que Antònia se desplazara hasta la capital catalana, donde finalmente se encontró con Pau. Tras este primer encuentro, la pareja inició una relación de noviazgo que duró más de diez años.
Una pedida inolvidable en Praga
Durante el agosto del 2014, Antònia y Pau se fueron de vacaciones a Praga para pasar unos días inolvidables. La noche del 6 de agosto, Pau invitó a Antonia a un precioso restaurante, cerca del río Moldava, para dar el gran paso: pedirle en matrimonio. Al acabar la cena, el joven le entregó a su gran amor una tablet que comenzó a reproducir un vídeo que recogía su historia. Al final del mismo, Pau había contado con la colaboración de más de ochenta familiares y amigos, encargados de sujetar varios carteles en los que se podía leer "Desde Barcelona decimos que '¡sí!, desde Mallorca decimos que '¡sí!', desde Chile decimos que '¡sí!'... ¿Te quieres casar conmigo?".
La respuesta de Antònia a esa romántica sorpresa –que con tanto cariño le había preparado su chico– no se hizo esperar: un rotundo "¡sí!" que se unió al de sus seres más queridos.
Y llegó el gran día...
El día 5 de septiembre de 2015 fue la fecha escogida por la pareja para darse su romántico "¡sí, quiero!". La ceremonia civil tuvo lugar en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona, con momentos muy emotivos gracias a las lecturas de las amigas de Antònia y del padre de Pau.
Pasada la ceremonia, llegó el momento del maravilloso banquete. La Masia Mas Coll (Alella) –una antigua residencia, llena de encanto histórico– se convirtió en el lugar que acogió la felicidad de la pareja y de todos sus familiares y amigos. Allí, tanto la pareja como sus invitados disfrutaron de un exquisito aperitivo y de una extensa cena que acabó con la clásica entrega de regalos y de unas emotivas sorpresas diseñadas especialmente por los novios.
Para su primer baile, la pareja quiso seguir sorprendiendo y deslumbraron a sus familiares y amigos con un baile mágico. También cautivaron con sus outfits nupciales: Antònia con un maravilloso vestido de novia de corte imperio y escote palabra de honor, drapeado, y Pau con un traje de corte clásico de oscura tonalidad grisácea, que combinaba con un chaleco y una corbata del mismo color, pero en diferente tono.
Emociones a flor de piel
Así, entre un sinfín de sorpresas y emociones a flor de piel, esta pareja de enamorados vivió uno de los días más importantes de sus vidas. Lo que unió la casualidad y el puro azar se transformó con el paso del tiempo en una historia de amor única y en una romántica celebración llena de detalles. De todo ello fue testigo el equipo fotográfico de Fotostudi, que logró capturar cada instante del amor y de la felicidad vividos en aquel día... ¡Pura magia!
¡No os perdáis detalle de esta fantástica boda!