La boda de Anna y Tom: una romántica explosión de colores

Tras varios años viviendo una romántica relación de noviazgo y con un hijo en común –y otro precioso bebé en camino–, Anna y Tom decidieron dar un paso más en su historia de amor: darse el "sí, quiero" en uno de los días más bellos de sus vidas... Así, Anna y Tom se pusieron manos a la obra en la organización de una boda absolutamente mágica.

Sus sueños se fueron cumpliendo desde el principio. Ambos británicos, escogieron un escenario muy especial en el que vivir ese día tan deseado. Y aunque todo ello implicaba mayor dificultad a la hora de llevar a cabo los preparativos del enlace –pues debían organizarlo a distancia–, Anna y Tom apostaron por un paraje único –situado entre la belleza más natural de la provincia catalana de Tarragona–, para darse el "sí, quiero". Riudecols fue el municipio que acogió el enlace de esta bonita pareja, en un paisaje rodeado de naturaleza, bosques, rincones mágicos y un sinfín de avellanos: L'Avellana Mas d'en Cabre. 

Los colores de la primavera

Aunque esta preciosa masía se caracteriza por los azules y blancos inconfundibles de su fachada, Anna y Tom quisieron que los colores más vivos y primaverales inundaran cada rincón de su escenario. Por ello, apostaron por el amarillo y el verde en sus diferentes tonalidades, que acabaron convirtiéndose en los protagonistas indiscutibles de toda la decoración. Asimismo, los novios –con la infinita ayuda de Katinka, de L'Avellana Mas d'en Cabre– buscaron la inspiración que necesitaban para dar esa esencia tan colorida y especial con la que soñaban, en el anillo de pedida que Tom regaló a la que sería su futura esposa. Las flores también jugaron un gran papel, mostrándose en cada pequeño rincón y en cada pequeño detalle. Margaritas, craspedias, girasoles, manzanillas, dalias, alelíes... Todas ellas mezcladas con verdes variados, consiguieron fundirse con la naturaleza propia del escenario, logrando así aportar todavía más vida y color en él. La preciosa decoración floral fue el resultado del gran trabajo de 5 Floristería Modd Shop. No obstante –y aunque todo, realmente, fue especial en la boda de Anna y Tom–, aquello que logró poner el broche de oro al escenario fue la temática en la que esta pareja quiso basar su celebración: los viajes. De esta forma, hasta el más efímero detalle del enlace era un guiño a la pasión que ambos sienten por viajar y por la estética que hay entorno a esta temática. En cada rincón de la boda podían verse bolas del mundo o mapas multifuncionales, y tanto el seating plan como los bajoplatos, los indicadores de las mesas o los conitos –aquellos en los que iban las papelinas para lanzar a los novios después de la ceremonia– contenían una esencia puramente viajera. Por su parte, Moon Catering i Serveis fue el responsable del menú nupcial, que acabó deleitando a todos los paladares.

Los trajes de los novios

En cuanto al look, Tom apostó por un fantástico traje clásico en un tono azul eléctrico, con un prendido en amarillo limón formado por craspedias –a juego con el romántico ramo de la novia–. Anna, por otro lado, lució un vestido muy sencillo y romántico, de Rose and Delilah, y unos preciosos zapatos, de Rachel Simpson Shoes. Su ramo nupcial, compuesto por flores en tonos amarillos, blancos y verdes con gran brillo, puso el color y la distinción a su precioso vestuario.

Sin duda, el enlace de Anna y Tom se convirtió en un día mágico, donde el amor, la amistad y la familia cobraron gran sentido. El color, por otro lado, consiguió dar una esencia veraniega inigualable. La excelencia de una combinación de colores atrevidos y vivaces que se reflejaron en cada imagen. El equipo fotográfico de Blanco y Caramelo lo sabe bien, pues tuvo el privilegio de captar cada mirada, cada detalle, cada sonrisa... Un sinfín de sentimientos únicos en un solo reportaje fotográfico que no podéis dejar de ver.