La boda de Ángel y María: lo que parecía imposible se convirtió en un amor real
Ángel y María se conocieron de jóvenes. Aunque salían juntos con amigos en común, hasta pasados 11 años no comenzarían a sentir algo especial, mágico. Y aunque nadie apostaba por su relación, 10 años de noviazgo y un "sí, quiero" sellaron su amor.
Aunque Ángel es de Madrid y María de Jaén, ambos coincidieron en la ciudad andaluza con tan solo 15 años. Por motivos personales, el joven se vio obligado a comenzar una nueva vida en Andalucía, lugar que –sin imaginarlo y ni siquiera buscarlo– le daría el mejor de los regalos: el amor de su vida.
La pareja se conoció y ambos compartían salidas con amigos en común. No obstante, no sería hasta 11 años más tarde cuando comenzaron a verse como algo más... Un reencuentro inesperado en la boda de unos amigos íntimos, una charla y una visita de Ángel a Madrid –esta vez era María la que vivía en Madrid y Ángel en Zaragoza– vaticinaban el inicio de una relación de amor absolutamente única.
Lo cierto es que no, nadie daba por hecho lo suyo. La espontaneidad de su relación y la distancia no se veían como una base sólida sobre la que iniciar una historia de amor... Pero todos estaban equivocados. Todos menos Ángel y María, por supuesto, que sí apostaron por luchar en lo que creían: sus sentimientos y la magia que inspiraba su relación.
Lo que marcó una pedida
Madrid fue uno de los lugares que vio crecer su amor y no podía ser otro lugar, más que la capital, el que viera su pedida de mano. Después de 11 años juntos, durante una cena en un reconocido local de la ciudad, de forma sencilla, especial e inesperada... ¡Ángel daba el gran paso! María pasaba por una mala época, así que aquella fue la mejor sorpresa que podía darle el amor de su vida. Por supuesto, su respuesta fue un enorme "¡sí!".
Un "sí, quiero" que se vivió en Marbella
Toda la boda de María y Ángel se celebró en Marbella (Málaga). Así, la ceremonia la vivieron en la iglesia de Santa María de la Encarnación, mientras que el banquete y la celebración postboda se llevó a cabo en el restaurante Trocadero Playa.
Especial y llena de rincones preciosos, la boda de la pareja se caracterizó por un sinfín de contrastes. María y Ángel combinaron a la perfección el carácter clásico de la ceremonia con la espontaneidad y la diversión de la celebración posterior. Enamorados del mar, la pareja vistió su "sí, quiero" de una esencia puramente playera, que despuntó, gracias a la cuidada decoración de la zona del banquete, así como de la zona chill out. Por otro lado, la zona de copas recordó a los lugares más exóticos del mundo. En definitiva, María y Ángel apostaron por mezclar su personalidad y sus pasiones y lo lograron con un resultado inigualable.
¡Radiantes!
Ángel apostó por lucir en su "sí, quiero" un precioso chaqué de color azul, camisa blanca y corbata roja con un estampado de casimir. Todo ello lo complementó con unos zapatos negros y unos preciosos gemelos con media esfera de cristal en color azul oscuro.
Por su parte, María escogió llevar un bonito vestido de color marfil con mangas de encaje y cinturón en un tono marrón. Los zapatos de la novia tenían unos tacones con pedrería. En cuanto al peinado, María lució preciosa con un recogido bajo con pinzas compuestas de pedrería. Un ramo de rosas y detalles en verde pusieron el broche de oro a su magnífico look.
Elegancia, diversión, amistad y ¡amor!
Elegancia, diversión y espontaneidad convivieron en absoluta armonía durante el gran día de María y Ángel. Así, la pareja vivió uno de los días más maravillosos de su vida junto a sus seres más queridos. El equipo fotográfico de ServisualWorks tuvo el placer de ser testigo de un día único, con un reportaje nupcial exquisito. ¡No dejéis de sorprenderos con este mágico "sí, quiero" y estas fotografías de ensueño!
