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Bodas

El vestido de novia después de la boda

El vestido es uno de los elementos al que dedicamos mayor atención durante la organización de la boda. Las novias pasamos muchos meses buscando el traje que iguala todas nuestras esperanzas. Pero pasada la boda... ¿qué podemos hacer con él?

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El vestido de novia es el objeto más valioso a los ojos de una futura esposa. Pero una vez pasada la boda y habiendo cumplido ya su cometido, es hora de llevarlo a la tintorería y decidir qué hacer con él.

Existen varias opciones:

  • La conservación. Guardar el vestido de novia es lo que prefieren la mayoría de mujeres. Asegúrate de tener espacio suficiente para tenerlo bien recogido; sino, puedes confiárselo a tu madre o a algún familiar próximo que vaya a cuidarlo como es debido. Para una buena conservación debes meter el vestido de novia en una caja totalmente opaca y envuelto previamente en papel azul para protegerlo de la luz. Así conservará su color de origen. Cada año acuérdate de desempaquetarlo, cambiar el papel y volverlo a guardar. Quién sabe... ¡a lo mejor alguna de tus hijas decides casarse con él!
  • La venta. Cada vez se abren más tiendas de segunda mano especializadas en la venta de vestidos de novia. Esta opción es perfecta si lo que quieres es recuperar parte del dinero que invertiste en él .
  • El alquiler. Ya sea por internet o en tiendas especializadas, puedes poner en alquiler tu vestido de boda. Antes de fijar un precio, consultad otras webs y establecimientos, así pondréis un valor razonable. El alquiler suele tener menos éxito que la venta porque las novias no podrán retocar y personalizar el vestido. 
  • La modificación. En algunos casos, y siempre que el modista o diseñador lo vea posible, los vestidos de novia permiten modificaciones. De esta manera puedes convertirlo en un vestido de fiesta o incluso en una pieza de ropa que podrás llevar en tu día a día. Y si eres más atrevida, también puedes reutilizarlo para crear elementos decorativos como un cojín, un cuadro, un bolso, etc.
  • La exhibición. Si quieres disfrutar de tu vestido de novia cada día y tenerlo siempre a la vista, ¿porqué no exponerlo en tu casa? Tan sólo te hace falta un maniquí de costura bonito y por supuesto, encontrar el lugar ideal, que quede resguardado del sol. Lamentablemente, esta opción sólo es factible si tienes una casa muy grande.
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