El postboda de Sergio y Sonia: un desguace como un lugar original y lleno de significado

Encontrar tu media naranja gracias a Internet es posible, y esta pareja de jóvenes enamorados son una clara demostración de ello; después de semanas charlando por la red y varias tardes de terraza y café, llegó el primer beso de un amor real y duradero. Sergio y Sonia comenzaron su relación en 2009 y, siete años y medio más tarde, ambos decidieron dar un paso más allá convirtiéndose en marido y mujer.

Su historia no tiene desperdicio, y es que, desde un principio, el amor y una originalidad inconfundible les acompañaron. Después de enamorarse a través de una pantalla, una duradera y bonita relación de años como novios animaron a Sergio a dar el gran salto hacia una vida compartida y más intensa; recreando esa tarde especial, en un paseo por la ciudad donde tomaron el primer café, y cenando justo en el banco donde cruzaron sus primeras miradas, clásico y romántico, Sergio se puso de rodillas ante Sonia y, con una carta y un anillo de compromiso, se lanzó en busca de un ansiado "sí, quiero" que, por supuesto, llegó. 

De una relación tan especial y una pareja tan atípica, su boda, así como los momentos previos y posteriores a ella, no podían ser menos; un desguace, un lugar en apariencia imposible de atribuir con el romanticismo de su historia, se convirtió en el espacio idóneo para estos dos enamorados que, recién casados, decidieron celebrar su vida como marido y mujer con un reportaje postboda alejado de los clásicos convencionalismos. Cientos de coches olvidados, oxidados por el tiempo y el olvido, se convirtieron por un día en protagonistas indiscutibles de la relación de Sergio y Sonia, el telón de fondo de unas fotografías postboda únicas. La profesión de él y la pasión por ambos de lo diferente e inusual, hicieron que un desguace trascendiera en un lugar mágico para ambos; un recorrido por la vida, la superación, las emociones y las ganas. Un rasgo inconfundible para la pareja, pues así como esos coches fueron, en algún momento, el motor de alguien, ambos son el motor de su vida juntos. Así como esos coches ya solo guardan el bonito recuerdo de una historia increíble, ellos también conservarán, aún sin su gasolina, la energía de la vida, el recuerdo de su inolvidable historia de amor. Coches que recorrieron un camino, así como Sergio y Sonia han decidido hacerlo juntos, con acelerones, caída y golpes, pero siempre de la mano. 

Tan magníficas como acertadas, la belleza y el sentido significado de estas fotografías las supo captar a la perfección el estudio fotográfico Flamelia, de la mano de Amanda y Sofía, quiénes quisieron aportar un toque de color único, en cada fotografía, con polvos Holly y humo de color; un perfecto contraste entre ambos enamorados y la magia absoluta del lugar.