Discurso de boda: cómo escribirlo para que quede perfecto
Debes tener claro qué tipo de discurso quieres hacer, dónde tendrá lugar, en qué momento y qué quieres expresar. Así que toma nota de estos consejos para ayudarte a dar el discurso de boda perfecto.
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El discurso de boda lo pueden hacer los novios/as, los amigos, los padres o cualquier otro familiar. Da igual quien seas. Lo importante es hacerlo bien sin ponerte nervioso, ya sea durante la ceremonia en una boda civil, una boda religiosa o en pleno banquete. ¿Cómo? Si la escritura no es lo tuyo, pide a otra persona que te ayude a estructurar lo que quieres decir, pero sin dejarle redactar a él/ella. Si se te da bien escribir, ya sabes lo que tienes que hacer. Sea cual sea tu caso, si tienes que hacer un discurso sigue estos consejos para guiarte y conquista a todos con tu forma de expresarte.
Índice de contenidos
- Cómo hacer un discurso de boda
- De qué hablar en el discurso de boda
- Discurso de boda gracioso y emotivo
- Lenguaje, extensión y ensayo
- Discurso oficiante boda civil
Cómo hacer un discurso de boda
Independientemente de cuál sea tu papel en la boda, hacer un discurso de boda no siempre es fácil. Así que antes de nada, piensa que el discurso debe reflejar lo que sientes, especialmente si eres uno de los protagonistas de la jornada o alguien muy cercano. Por ello, no te pongas a escribir a lo loco... Respira, reflexiona, analiza y ten en cuenta estos consejos.
- Qué tipo de mensaje quieres dar, lo que sientes y cómo transmitirlo y, sobre todo, cuánto quieres mostrar al mundo sobre tus sentimientos.
- Haz un borrador de todas tus ideas. Empieza contextualizando el momento en el que te encuentras y echa la vista atrás para recordar a tu pareja (si eres el novio/a) y a los invitados historias de vuestra relación. Finaliza con una buena reflexión sobre todo lo que habéis construido y lo que os queda por construir. Y no olvides mencionar a todas las partes implicadas.
- Piensa el tono: los hechos pueden ser unos, pero adornados con cierto estilo pueden evocar unas cosas u otras. ¿Qué prefieres? Decídelo antes de ponerte a escribir.
A partir de ahí, puedes coger el boli o teclear en el ordenador. Todo fluirá porque lo tienes anotado. Es decir, que ya solo te quedará "engordar" las ideas principales con referencias, sentimientos y reflexiones. Alterna la experiencia personal con temas más generales. Por ejemplo: "Gracias a la vida por habernos juntado. Ya se sabe que los mejores amores no son los de las películas, sino aquellos que aguantan a nuestro lado en la vida real, en los días buenos y en los menos buenos".
Como hemos comentado antes, puedes pedir ayuda a una persona que escriba mejor que tú o que, simplemente, sea un poco más organizada. Pero recuerda que la esencia del discurso para boda debe ser tuya, solo tuya.
De qué hablar en el discurso de boda
Obviamente esto dependerá mucho de quién pronuncie el discurso en una boda. Si eres el novio o la novia lo normal es que hables de vuestra relación, de lo que te hace sentir la otra persona, qué te encanta de él o ella, qué pensaste cuando lo/la conociste, qué cosas te divierten, anécdotas curiosas que hayáis vivido juntos (y que se puedan contar, lógicamente) y por qué quieres pasar el resto de tu vida a su lado.
Si eres el oficiante de boda o algún familiar o amigo lógicamente hablarás de cosas distintas, mucho menos íntimas, pero igual de emotivas y especiales. Seas quién seas, en una boda hay algunos consejos que es mejor que tengas en cuenta, pues te ayudarán a la hora de saber de qué hablar y de que NO hablar.
- Evita temas polémicos. Hay que tener en cuenta que algo que a ti te puede parecer muy gracioso, como una anécdota de vuestra infancia, a lo mejor no lo es para el resto y, lo que es peor, avergüenza a tu pareja y a los invitados. Así que piensa bien si lo que vas a contar puede ofender a alguien o sentarle mal.
- Explica anécdotas especiales. Seguro que hay muchas anécdotas interesantes, divertidas o emotivas que hayáis vivido juntos y que puedes contar para sacar una sonrisa a los asistentes. Puedes hablar de situaciones que sean una muestra de la personalidad de la pareja. Algún detalle que haga que los invitados entiendan de qué hablas y se diviertan con la anécdota.
- Haz partícipes a los invitados. Sobre todo si eres el/la protagonista es importante decir unas palabras en agradecimiento a los invitados que han hecho posible que estéis aquí y que más os han ayudado. Lo ideal es incluir anécdotas con más familiares y amigos, y, sobre todo, no olvidar hablar de las dos familias. Haz una mención especial a las personas que no han podido asistir por problemas de agenda, de salud o de situación geográfica.
- Intenta no tirar de drama. Ni aprovechar esas ausencias para construir un clima triste. No te recrees en las pérdidas importantes, sobre todo si son recientes, y no las menciones si no eran personas especialmente directas, pues nunca sabes qué sensibilidad puedes herir. Pero si quieres hacer alguna mención especial, hazlo con respeto, recordando los buenos momentos y lamentando su ausencia con bonitas palabras exentas de dramatismo.
- Pon en valor a la pareja. Es importante hacerlo en un día tan especial para ellos. Así que si eres un familiar directo o un amigo muy cercano, dedica parte del discurso a valorar cómo son y por qué son esenciales en tu vida. Te servirá para dar al discurso un toque muy emotivo.
Discurso de boda gracioso y emotivo
Cada persona es libre de escribir a su antojo, pero te recomendamos el equilibrio entre emoción y humor. Porque emocionar es clave cuando se trata de dar un discurso de bodas. Por eso son vitales las referencias al pasado: mencionar a personas importantes y hablar de los sentimientos que os han llevado a dar ese gran paso. Aunque suene melodramático, busca las lágrimas del personal o un discurso que puede provocarlas.
Pero no te olvides del humor. La comedia ayuda a que los discursos de boda sean más llevaderos y en combinación con la emoción forman una bomba de relojería. Para empezar, el humor ayuda a romper el hielo, a calmar los nervios (tanto los tuyos como los de tu círculo más cercano) y a poner las bases de un discurso que, como decimos, debe bascular en torno a la comedia y a la emoción.
Además, esta técnica potencia las sonrisas y las risas, dos de las formas de expresión que no pueden faltar en un día de alegría como ese. Y es que el humor es clave para la vida, para las relaciones y para afrontar todo de una manera más positiva. ¡No te olvides de él en tu boda!
Para hacer uso del humor, intenta no recurrir al chiste fácil, a los tópicos ni a las bromas pasadas de época. Busca ser original, ingenioso/a, tira de anécdotas y menciona hechos de todo tipo, tanto los conocidos solo por tu pareja (o por la pareja si eres uno de los invitados) como los que son vox populi. Pero no conviertas el discurso en una interpretación exagerada. Esto no es el Club de la Comedia y quizá no tengas el talento como para buscar ese tipo de risas. Si hablas con una gracia comedida, seguro que te los metes a todos en el bolsillo.
Finalmente, hay que recalcar la importancia del respeto. No te apoyes en el humor para descalificar a alguien (tanto presente como ausente) ni para humillar. Mucha gente lo hace y no hace gracia, en absoluto. A veces, las bromas se malinterpretan y ponen en evidencia a las personas implicadas. Utiliza la comedia siempre con respeto, aunque sueltes pullas divertidas.
Lenguaje, extensión y ensayo
Si dominas el arte de la palabra, seguro que te resulta más fácil escribir el discurso perfecto. En caso contrario, estos sencillos tips te ayudarán.
- Utiliza un lenguaje natural, a la altura de todos los presentes, entre los que habrá niños, adolescentes, adultos y personas mayores. No te enredes con expresiones confusas ni con un léxico complicado, ya que todos deben entender el mensaje.
- Controla la extensión del texto. El discurso de boda debe tener la longitud adecuada, no cansar tras una primera lectura. Para ello, compártelo con algunas personas y decide si alargarlo o acortarlo. Y recuerda: siempre es mejor un discurso corto para boda y con sentido que mucho y con palabrería vacía. ¡Lo ideal son cinco minutos!
- Intenta ser claro/a, conciso/a y emotivo/a a partes iguales, evitando parrafadas tamaño El Quijote que provoquen distracciones en la audiencia. Mejor que te recuerden por un discurso bonito que por uno interminable y soporífero.
- Escribe con el corazón. No intentes escribir un discurso con palabras con las que no te sientas cómodo/a. Sé tu mismo/a y utiliza un lenguaje cercano y comprensible con frases emotivas. Utiliza palabras de la calle y chascarrillos si tú y tu público estáis cómodos con ellos, pero evita las palabras malsonantes y las expresiones demasiado generacionales que solo algunos puedan entender.
La clave: ensayar
Hablar en público no es una actividad que guste a todo el mundo. De hecho, hay quien tiene pánico escénico, por lo que será mejor escribir con seguridad y ensayar el discurso una y mil veces. Para ello, utiliza un espejo que te permita enfrentarte a ti mismo. Grábate para descubrir las virtudes de tu interpretación y los fallos de tu perorata. Esta técnica también te ayudará a ver tu imagen real en ese escenario.
Además, llegado el caso, siempre puedes hablar de tus nervios antes de empezar el discurso. De esta forma la gente será más permisiva con tus errores en la oratoria, mostrando empatía y ternura, así como cierta risa confidente.
Quizá no esté de más que memorices el discurso para boda casi en su totalidad, pero deberías mostrarte relajado/a a la hora de pronunciarlo para evitar una sensación robótica, como quien se aprende algo sin sentirlo. Tienes que demostrar con tu voz y gestos lo que dicen tus palabras. De esa forma, el discurso quedará redondo.
Discurso oficiante boda civil
Hemos hablado sobre todo de los discursos para bodas de la pareja y de los familiares y amigos, pero hay que tener en cuenta que también el oficiante de boda o maestro de ceremonias si es una boda civil, deberá hacer un discurso. Te recomendamos contratar a un profesional, ya que así te aseguras de que todo salga bien. Y es que ellos saben perfectamente cómo utilizar el lenguaje, cómo expresarse, cómo captar la atención de los asistentes y cómo hacer una ceremonia emotiva, amena y personalizada.
El discurso del oficiante de una boda civil tanto si es un profesional como si es un amigo o un familiar con don de palabra debe reunir las mismas condiciones que cualquier discurso: ser entretenido, divertido, emotivo y con la extensión perfecta. Ni demasiado largo ni muy corto.
Aquí tienes un ejemplo de discurso de boda que nos ha emocionado:
Ya verás como si sigues estos consejos, escribes bien tu discurso de boda, lo ensayas y lo preparas, todo saldrá bien. Y no pasa nada si en algún momento te equivocas por los nervios. ¡Es totalmente lógico y todos lo entenderán! Será un recuerdo inolvidable, así que... ¡a disfrutarlo!
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