De boda en el Castillo de Turégano
Eva y Carlos se casaron el 12 de octubre de 2010 en el Castillo de Turégano, Segovia. La suya fue una boda de cuento y no solo por el lugar escogido para celebrar el gran día. Eva nos cuenta todos los detalles.
* Artículo cedido por Adrian Tomadin, Fotógrafía y Vídeo Profesional.
Todo indicaba que ese día sería uno de los más importantes de nuestra vida:
un sol radiante, un lugar de ensueño y muy especial para nosotros: el Castillo de Turégano (Segovia) y la compañía de nuestras familias y amigos, que participaron activamente en los preparativos: el diseño y realización de nuestras originales invitaciones de boda, el acondicionamiento y decoración del castillo, etc.
Todo salió a la perfección; desde el maravilloso peinado y maquillaje que realizaron Charo Palomares y todo su equipo, en Segovia, hasta el precioso coche antiguo que muy gentilmente nos prestó Roberto, elegido entre su gran colección.
Respecto al vestido que lucí ese día, no lo elegí a él. Él me eligió a mí !!!
Tras visitar tiendas de varias marcas, me decidí por un diseño de Pronovias del avance de temporada 2011 que se ajustaba perfectamente a mi cuerpo. Era tipo sirena hasta la cadera y el resto lleno de rosas a modo de volantes, que terminaba con una pequeña cola y un único tirante con una rosa a la altura del cuello. ¡Todo muy español! Se trataba de un diseño muy favorecedor y sencillo, acorde con mi personalidad, y en consonancia con las joyas que elegí para ese momento tan especial.
No quería joyas muy llamativas, para que lo más importante fuera el vestido, por lo que me decidí por unos pendientes largos de oro blanco y brillantes, regalo de mis amigas, y una pulsera similar regalada por mi madrina. El toque más especial lo puso un anillo que me prestó mi madre, y que desde pequeñita me había encantado.
Los zapatos eran de la marca Menbur, muy recomendable por su diseño y comodidad, a pesar del altísimo tacón que tenían.
Carlos iba guapísimo vestido con un chaqué, con chaleco color champán y corbata roja, que es su color favorito y que fue su acertada elección desde el primer momento.
El banquete corrió a cargo de Segocatering, sin duda el mejor catering de la ciudad en el que no faltó, como no podía ser de otra manera, el cochinillo, así como otros manjares.
Todo pasó tan rápido que apenas nos dimos cuenta de cuanto habíamos vivido, sentido y compartido ese día... menos mal que allí estaba Adrián Tomadín con su equipo de fotografía y vídeo que nos acompañó desde primeras horas de la mañana (a pesar de mi retraso en la peluquería) hasta bien entrada la noche.
Él sabía que no queríamos algo tradicional ni posado, así que realizó unas fotografías preciosas y muy naturales en las que se puede apreciar lo cómodos y relajados que nos hizo sentir y que, dado el gran ajetreo que supone ese día, fue de agradecer.
Seguro que os habéis quedado con ganas de ver más fotos de la boda de Eva y Carlos así que... ¡a disfrutar!