Cómo hacer una limpieza de cutis en casa, paso a paso
Ahora que estamos a punto de entrar de lleno en la época estival es el momento perfecto para hacerte una limpieza de cutis. ¿Sin tiempo para ir a un centro de estética? No te preocupes, te explicamos cómo hacerla en casa con productos naturales.
Si quieres que tu look de novia sea espectacular, que tu peinado para bodas luzca su mejor versión y resalte el brillo de tu rostro, y que el vestido de novia te favorezca al máximo, debes tener la piel del cutis en perfectas condiciones. ¡Te contamos cómo!
La limpieza de la piel es ideal para tener un cutis sano y joven. Cada día debes lavar tu rostro, sobre todo antes de dormir, pero una limpieza básica no es suficiente. Con el paso de los meses nuestra piel acumula suciedad e impurezas que solo podrás eliminar si te sometes a una limpieza en profundidad, rutina que tendrás que repetir dos o tres veces al año.
Tienes dos opciones entre las que elegir a la hora de hacerte una limpieza de cutis; acudir a un centro de estética donde una esteticista te realizará el tratamiento con productos destinados a ello, o realizar tú misma el proceso de forma casera y con productos naturales sin salir de casa. ¿Quieres saber cómo hacerlo? Muy atenta a estos sencillos pasos para tener la piel perfecta el día B:
Antes de nada obviamente, asegúrate de tener la piel limpia, es decir, que no queden restos de maquillaje en el rostro que puedan impedir que tu piel se exfolie correctamente. Luego lava tu cara con el producto que uses habitualmente; leche limpiadora, gel, pastilla de jabón…
Seguidamente, moja una toalla limpia con agua caliente para que quede húmeda y póntela sobre el rostro. Intenta ponerte en una posición que estés cómoda, pues tendrás que estar así un rato, y relájate. Este paso sirve para relajar la piel y empezar a abrir los poros que más tarde se van a limpiar. Mantén la toalla unos 5 o 10 minutos sobre tu cara.
A continuación, necesitas una crema exfoliante. Si tienes la piel seca tendrás que mezclar dos cucharaditas de azúcar, una de zumo de limón, dos de aceite de oliva virgen y el interior de una cápsula de vitamina E. Si por el contrario tu piel es grasa debes mezclar una cucharada de miel, una de jugo de limón y dos almendras picadas pero no demasiado. Aplica estas mascarillas masajeando bien en movimientos circulares por toda la cara. Esto hará que se elimine la primera capa de células muertas de la piel.
Luego puedes utilizar una mascarilla purificante elaborada con una cucharada sopera de harina de arroz y un chorro de leche entera. Deja que la crema resultante repose unos 15 o 20 minutos sobre tu piel y retírala con una esponja mojada en agua caliente o tibia.
Hierve agua en una pequeña olla con eucaliptus y cuando el agua empiece a hervir pon la cara sobre el recipiente con cuidado de no quemarte, cubriéndote la cabeza con una toalla para crear un efecto de baño de vapor. Tendrás que irte retirando de vez en cuando para soportar el calor pero el resultado valdrá la pena. Tus poros se abrirán totalmente y los siguientes pasos serán mucho más efectivos al actuar sobre la piel sana.
Seguidamente, ya puedes limpiar los poros que, normalmente, se concentran sobre todo en la frente, barbilla y nariz. Con la ayuda de un pañuelo ve apretando levemente para que vayan saliendo las impurezas y suciedad en los poros y retírala bien para que no se infecte la zona.
Luego habrá que aplicar el tónico casero para dar suavidad y luminosidad a tu cara. Mezcla bien en un vaso un chorro de leche y una cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra. Con un algodón mojado con el tónico ve dando toquecitos por tu rostro, especialmente en las zonas que sueles tener más sensibles o con rojeces.
Para terminar solo tendrás que aplicarte un serum nutritivo o revitalizante -puedes acudir a una tienda de productos naturales donde venden diferentes variedades dependiendo de tu tipo de piel- y aplicar tu crema hidratante habitual.
¡Y voilà! Ya tienes una piel resplandeciente para el gran día que te espera. Te recomendamos realizar este tratamiento con suficiente previsión, como mínimo un par de semanas antes de la boda para que tu piel haya tenido tiempo de reposar tras este tratamiento.