Cómo guardar el vestido de novia para siempre
¿Sabes cómo conservar tu vestido de novia después de tu gran día? La diseñadora Laura Escribano te da los mejores consejos para guardar tu traje para siempre en perfecto estado.
El vestido de novia es seguramente la prenda más especial en la vida de una mujer. ¿Y si te dijera que puedes guardarlo intacto y en perfecto estado como si nunca lo hubieras estrenado? Para ello, en muchas ocasiones las novias recurren a un servicio de restauración y limpieza para que el diseño se conserve en las mejores condiciones. Desde mi atelier ofrecemos ese servicio de restauración y conservación de todos los trajes de novia que han sido confeccionados en nuestro taller de Madrid.
El vestido de novia siempre es una pieza especial, confeccionada con tejidos y materiales muy delicados. Este punto es importante tenerlo en cuenta a la hora de plantearnos guardarlo para siempre. Y es que cuando los trajes de novia son así de delicados requieren de unos cuidados y tratamientos específicos que ponen en valor una filosofía sostenible.
Ante todo, recomiendo llevar el vestido a un profesional que sepa cómo guardarlo correctamente. Pero si deseas guardarlo por tu cuenta y conservarlo para siempre, te voy a dar una serie de consejos que te ayudarán.
- 1. Limpieza del vestido
- 2. Secado del vestido
- 3. Restauración del vestido
- 4. Cómo guardar el vestido
- 5. Otras alternativas
1. Limpieza del vestido
Limpia el vestido con mucha delicadeza, cariño y mimo. En este caso no sirven los jabones o detergentes convencionales, sino que deberás escoger productos que no dañen ni alteren el tejido. Si lo lavas en casa en la lavadora, utiliza un programa de lavadora delicado, añadiendo jabón neutro sin dejar pasar más de 12 o 24 horas (después de la boda) para evitar que las posibles manchas se fijen en las fibras. Después, el remedio más natural: dejarlo secar al aire libre y al sol. Para ello, evita tenderlo y opta mejor por extenderlo.
Si prefieres no complicarte la vida y dejarlo todo en manos de profesionales, guarda con extremo cuidado tu vestido después de la boda hasta que visite la tintorería. Allí te dejarán el vestido como nuevo, o casi, pues hay cosas insalvables incluso para un buen tintorero. Pero el resultado puede ser realmente bueno.
2. Secado del vestido
Tras la limpieza, toca un poco de plancha y, para ello, lo mejor es el vapor suave, pues tejidos como los algodones, las gasas, el guipur y las blondas con caída no necesitan ser almidonadas. En el caso de que lo hayas lavado en la tintorería, lo mejor sería no plancharlo después de lavarlo.
3. Restauración del vestido
Después de la limpieza, puede que sea necesario restaurar el tejido. Dependiendo del estado, habrá que hacer una reposición del mismo o volver a coser zonas que se hayan dañado.
4. Cómo guardar el vestido
Envuelve el vestido de novia en paños de algodón, muy finitos, para que el tejido transpire. También se puede envolver con un papel de seda incoloro y libre de ácidos, sin meter a presión. No lo guardes en una funda de plástico porque este tipo de materiales no permiten que el vestido transpire y eso puede derivar en moho y manchas de humedad.
La mejor opción para guardar el vestido son cajas de cartón, preferiblemente artesanales, de buena calidad y confeccionadas a medida, para que el vestido tenga todo el espacio que necesita. Estas cajas deben estar correctamente cerradas para evitar que entre luz y amarillee el vestido.
Jamás se debe guardar un vestido de estas características en vertical, siempre en horizontal, y no se debe guardar bajo ningún concepto en lugares húmedos. Busca siempre espacios sin luz, sin humedad y que no tengan exceso de calor. Y es que el calor, el frío y la humedad contribuyen a estropear prendas tan delicadas como un vestido de novia. Lo mejor para que el vestido no sufra y se mantenga intacto es guardarlo en un lugar fresco y oscuro.
Si quieres que el vestido no solo aguante las inclemencias temporales, sino que quede protegido de visitantes no bienvenidos, como polillas e insectos similares, te aconsejamos colocar junto a él una bolita de naftalina o alcanfor. Finalmente, como guinda para asegurar la máxima protección posible del vestido, recomendamos airearlo una vez al año. Además de disfrutar de él y revisar posibles desajustes que deterioren su perfecto estado, podrás evitar las dobleces que con el tiempo pueden surgir.
5. Otras alternativas
¿Otra opción? Reciclar el vestido de novia para darle una segunda vida. Se pueden desmontar y transformar en prendas de diario. Por ejemplo, separando un vestido en dos piezas. Así crearíamos una falda y un cuerpo. Se puede hacer de la falda un chal, un poncho, una capa o confeccionar otra prenda totalmente diferente. Es decir, se pueden crear todo tipo de prendas efímeras o superpuestas. La idea es que tu vestido de novia pueda transformarse para seguir formando parte de tu vida, y así podrás lucir en el día a día un bonito recuerdo de tu boda.
Otra idea para reciclar el traje de novia es teñirlo, transformar el color del vestido para convertirlo en otra pieza totalmente diferente y que te servirá para lucir en otra ocasión especial.
Elegir bien el vestido de novia es algo complicado, por eso, una vez que tienes esta joya es importante conservarlo como se merece. Y si tienes más dudas para escogerlo, te dejamos este vídeo con los mejores consejos.