Cómo conseguir un maquillaje natural el día de tu boda
Vestido, zapatos, peinado. ¡Ya lo tienes todo! Es hora de elegir el maquillaje, una decisión tan importante como difícil porque la línea entre lucir radiante o ir disfrazada es muy fina, si no tienes en cuenta varios aspectos.
Conseguir un maquillaje natural es el sueño de cualquier novia, verse radiante y perfectamente maquillada pero ella misma, sin ápice de artificiosidad. Tras decenas de pruebas de vestidos de novia seguro que ya tenías claro el estilo que querías lucir. A la elección de un buen vestido le sigue la decisión del peinado y el ramo de novia que completa el look nupcial. Pero qué sería de todos estos aspectos sin un cuidado y bonito maquillaje.
Ya se sabe que la cara es el espejo del alma y para una novia lo es aún más. Las miles de emociones que vas a experimentar ese día se van a reflejar en tu rostro, por eso es clave que elijas un maquillaje natural, que se convierta en el aliado perfecto. El nude está de moda, así que ¿por qué no apuntarse a la tendencia?
Tono de la piel y personalidad
Estos son los dos aspectos básicos que tienes que tener en cuenta a la hora de elegir el maquillaje. Las pieles pálidas no se llevan bien con los tonos oscuros, así que si no eres de las que luce bronceado todo el año, decántate por colores suaves y pastel.
Por el contrario, si eres de piel morena podrás jugar con tonos más atrevidos, más fuertes, sin perder la frescura y la naturalidad de tu rostro. Un consejo: como el flash hace que los tonos pierdan intensidad, da un toque de calidez, con polvos bronceadores neutros y mates, en los puntos altos del rostro, para que la cara no se vea plana en las fotos. No te olvides nunca de tu personalidad. Si no sueles ir muy maquillada normalmente, no te pases el día de tu boda porque te sentirás otra persona y no disfrutarás el momento. Busca el maquillaje que más vaya contigo y con tu estilo. Se puede estar radiante y seguir siendo una misma. Y recuerda, maquíllate con la luz adecuada, a ser posible, con luz natural, que permita ver el resultado.
Cómo dar luz y frescura al rostro
Antes de empezar a maquillar es importante que tu piel esté perfectamente hidratada, para conseguir un aspecto más saludable. Una vez nutrida, comienza aplicando una base del mismo tono que tu piel y sin protección solar para evitar los reflejos de los flashes. Extiéndela por todo el rostro y el cuello para que se unifique y se mimetice con tu piel. Utiliza después un corrector un poco más clarito, para corregir imperfecciones e iluminar la zona de las ojeras. Ten cuidado con la cantidad de producto. Mejor emplea poco, para evitar el temido ‘efecto máscara’.
Aplica después unos polvos con reflejos para dar viveza y brillo a tu piel y fijar el maquillaje. No te olvides del toque de color en los pómulos. Si eres de piel clara elige tonos rosas suaves o melocotón. Si tu piel el más oscura, atrévete con rosas más intensos o marrones. Procura que sean productos satinados, para que no se conviertan en brillos no deseados.
Miradas metálicas
Los ojos siempre son los protagonistas del maquillaje, la parte del rostro que más debes resaltar. Si quieres que todas las miradas envidien la tuya el día de tu boda, elige tonos metálicos para impactar sin excesos. Independientemente del tono de tu piel, los matices cobres, dorados o plateados le darán a tu rostro la sofisticación necesaria para ese día y la naturalidad de un brillo suave y elegante.
Aplica un poco de luz en el lagrimal con lápiz beige. Para un acabado perfecto, intensifica la profundidad de tus ojos, aplicando la máscara en tus pestañas. Si eres de las que llorará varias veces durante la ceremonia, asegúrate de que es resistente al agua, para no arruinar tu maquillaje.
El toque final: los labios
Los tonos suaves y mates son los más recomendables para terminar con un resultado perfecto y natural. Intenta huir de los rojos y fucsias pues recargan el look de manera innecesaria. Decántate por rosas o marrones claros e incluso por violetas suaves. Si quieres darle un toque de brillo aplica una gota de gloss en el labio inferior y extiéndelo con un pincel. Eso sí, una gota, evita siempre el exceso de brillo.
Una barra de labios suave será tu mejor amiga el gran día, a la hora de tener que retocarte. Es mucho más fácil y te dará menos problemas.