¿Cómo afrontar la frustración de tener que posponer la boda?
La frustración es una respuesta natural en una situación tan atípica como la del coronavirus, sobre todo si habéis tenido que aplazar la boda. Hemos hablado con un profesional sobre cuáles son las claves para sobrellevarla de la mejor manera posible.
La crisis sanitaria de la COVID-19 y las acciones que se han tomado para frenarla han provocado cambios de planes drásticos para mucha gente. Una situación todavía más difícil para aquellas parejas que teníais previsto celebrar la boda durante este periodo de tiempo y que ya os veíais caminando hasta el altar con el vestido de novia o el traje de novio perfecto para la ocasión. ¿Qué hacer con las invitaciones de boda que teníamos preparadas? ¿Podremos abrazar a los seres queridos durante la celebración? ¿Continuamos con los detalles de boda que habíamos pensado o los modificamos? Seguro que estas y muchas otras preguntas del estilo os han venido a la mente estos últimos meses y no es para menos, ya que posponer la boda precisa de una toma de decisiones importantes y de un gran esfuerzo mental. Y ante este tipo de situaciones excepcionales, la incertidumbre puede ocasionar sentimientos como la frustración. Para ayudaros, hemos preguntado a Enric Valls, psicólogo experto en salud y bienestar emocional, cómo afrontarla correctamente.
Naturalizad la frustración
"Es la emoción que se siente al no ver satisfecho un deseo que se tenía planificado. Es decir, existe una imposibilidad de alcanzar algo que se quería conseguir en un momento determinado". Así define Enric Valls la frustración. Por ello, si ya teníais seleccionados los zapatos de novia cómodos para la jornada y toda la papelería nupcial a punto, es normal experimentarla. De hecho, afirma Valls, "lo raro sería no sentirla. Una boda implica tener ciertas expectativas. Se decide en qué fecha celebrarla, a qué personas invitar, qué detalles elegir, etc. Por tanto, todas y cada una de las ideas planeadas en un inicio se ven alteradas directa o indirectamente. Así que las expectativas fracasan". Por eso, cuanto más la naturalicéis más fácil os resultará entenderla.
Herramientas para aprender a gestionarla
Aunque la situación os haga sentir mal o tristes, es importante vivir, abrazar y aceptar la frustración. El experto consultado opina que reconocer e identificar las emociones negativas es el primer paso para gestionarlas. "Cuando uno acepta que está sintiendo esa emoción negativa, esta disminuye y, al tiempo, desaparece. Hay un entendimiento, un saber y un perdón".
En este sentido, la escritura puede ser una herramienta fantástica para conseguirlo, ya que traducir en palabras lo que sentís tiene un gran poder curativo. ¿Más opciones? ¡Sí, claro! La autoverbalización, con la que construir frases positivas que inspiren fuerza, y la búsqueda de alternativas al plan original que puedan ser válidas y ponerse en marcha con eficacia, y que en este caso pasan por encontrar una nueva fecha para la boda que os satisfaga plenamente a ambos. "De cada idea se pueden analizar los pros y contras hasta alcanzar la opción más ideal", dice Enric. Además, aconseja distanciarse de aquellos ambientes, personas o situaciones que puedan alejaros de vuestro objetivo.
Asimismo, destaca que es primordial que cada miembro de la pareja se tome un tiempo para gestionar la frustración. Es decir, que es indispensable un tiempo prudencial hasta lograr un enfriamiento emocional. Y cada uno lo consigue a su manera y cuando puede. "Hay personas que necesitarán varias horas y otras varias semanas. Pero no importa cuanto tiempo se necesite para asimilarlo. Lo importante es que los sentimientos negativos vayan disminuyendo día a día", explica.
La resiliencia, vuestra gran aliada
Las reacciones de ira o ansiedad que genera la frustración encuentran en la resiliencia la mejor "herramienta" para combatirla. Y es que lo que nos enseña la frustración es a flexibilizar la mente y a aceptar puntos de vista distintos. "La falta de control existe en nuestras vidas queramos o no, pero gracias a ello, podemos aprender, desarrollarnos y madurar. La clave está en tener la capacidad de aceptación. Aceptar que lo que esperábamos no va a suceder como tal. Y cuanto antes se produzca esta aceptación de la situación, antes nos podremos centrar en encontrar una solución a todo aquello que sí podemos controlar", explica el psicólogo.
Y entre las diferentes soluciones posibles está la de seguir planificando la boda pese al coronavirus. Tuvierais o no todos los preparativos listos, siempre podéis aprovechar el momento para continuar disfrutando de una de las etapas más bonitas de la boda: los preparativos. ¿Cómo? Descubriendo nuevas ideas divertidas para bodas con las que sorprender a los asistentes, inspirándoos en las tendencias actuales de ideas para el photocall o jugando con las mesas del banquete para lograr la distribución perfecta. Además, Enric Valls os propone una brillante idea en el caso de hayáis tenido que reagendar el "sí, quiero": "¿Qué os parece si, en lugar de una boda, celebráis dos? En la fecha inicial podéis organizar una fiesta con la familia y los amigos, aunque sea virtualmente desde casa, y meses más tarde, en la nueva fecha prevista, el gran día".
La importancia de tener un plan B
Ahora más que nunca es importante trazar un plan B con los proveedores contratados, que seguro empatizan al máximo con vosotros y se esfuerzan por encontrar la mejor fecha posible para vuestro enlace. "Tener una segunda fecha cerrada os aportará la sensación de tranquilidad y alivio que tanto se necesita en estos momentos", explica el psicólogo. Es decir, que hablar con los profesionales para reagendar la boda, acordar las condiciones y notificar de manera oficial el aplazamiento a vuestros seres queridos os facilitará la tarea de gestionar la frustración.
Y es que de la misma manera que no está de más contar con un plan de contingencias por si llueve, como, por ejemplo, disponer paraguas para todos los presentes, añadir una cinta que permitirá recoger la cola del vestido de novia de corte sirena y evitar que se ensucie o tener lista una carpa, el hecho de contemplar otras opciones y tenerlas planificadas os hará sentir más relajados. Igualmente, Enric manifiesta que hay que ser realistas y previsores con los posibles gastos extra que pueda haber y, sobre todo, hacer cálculos para verificar que se puedan asumir. En caso de no poder cubrirlos, sugiere reducirlos para poder celebrar igualmente el día soñado.
La solidaridad: hora de conectarse
Si algo ha puesto de manifiesto la COVID-19 es la importancia de la tecnología en nuestras vidas y, por supuesto, también en el sector nupcial. Y es que gracias al contenido y a todas las herramientas que ofrecen la plataforma online y la aplicación móvil de Bodas.net, tanto podréis crear una página web de la boda, como gestionar el encargo de las invitaciones de boda o chequear los trajes de novio originales más bonitos si aún no lo habíais elegido, por ejemplo. Incluso hacer un tour virtual por las instalaciones de numerosos banqueteros.
El psicólogo señala que el contacto con otras parejas también puede ayudar a superar la frustración. Así pues, usar la Comunidad del portal para intercambiar opiniones y compartir dudas e inquietudes con otras parejas que están pasando por lo mismo es una fantástica recomendación. "Pedir ayuda a amigos y familiares también puede ser una buena idea, siempre y cuando la pareja se sienta cómoda. Es en la adversidad que surgen nuevas oportunidades para conectarse entre sí", añade. Asimismo, apunta a los propios proveedores, que estarán dispuestos a ayudaros en todo lo posible para afrontar la situación.
La red de apoyos será esencial, así que es fundamental cuidarla para que se convierta en la mejor vía de escape. Y es que del mismo modo que en una boda el amor se contagia, compartir la frustración calma: "Animarse mutuamente les mantendrá con fuerzas hasta el día de sus bodas", afirma el experto.
A pesar de que es transitoria e irá desapareciendo, conocer en profundidad la frustración de la mano de un psicólogo experto en bienestar y salud es la mejor manera de afrontar el bajón emocional que puede haberos causado el hecho de tener que reagendar el enlace a causa de la COVID-19. Por eso, si finalmente os veis obligados a posponer la boda, pensad que no tiene por qué significar el final de un sueño. Es un aplazamiento, lo que os dará más tiempo para organizar la boda de vuestros sueños. Mirad el lado positivo: los invitados tendrán más tiempo para escoger sus vestidos de fiesta, podréis recabar más información para la luna de miel y replantear las canciones de boda de la playlist final por si os apetece agregar alguna más. ¿La clave del éxito? Centrarse en la solución, no en el problema.