Aromaterapia para una buena salud
La también conocida como "terapia de los aromas" es un antiguo arte que en los últimos años ha ganado muchos adeptos. El estrés generado por la vida diaria y los continuos cambios a los que estamos sometidos hoy en día son sus grandes pacientes.
Desde tiempos remotos el ser humano buscó en la naturaleza el modo de encontrar remedios para paliar sus problemas de salud. Por intuición y guiándose por seres tan inteligentes como los animales descubrió qué plantas, flores, tallos y raíces entre otros podían ayudarle en su día a día, y cuáles tenía que evitar por su toxicidad. De este modo el hombre creó la medicina, que con el paso de los años se fue amoldando a diferentes eras y épocas, así como a las epidemias y virus que han ido apareciendo a lo largo de la historia.
La medicina moderna, con sus constantes avances permitió mejorar aquellos remedios y reforzarlos para hacer frente a las enfermedades más temidas. Sin embargo, a día de hoy se siguen empleando aquello mismos remedios naturales que en la antigüedad a base de hierbas o productos obtenidos de la naturaleza para solucionar problemas menores.
La aromaterapia, catalogada como una terapia de la medicina alternativa y también como producto cosmético, basa su principio en el uso del aceite esencial, el ingrediente más puro de una planta en todo su esplendor. Se emplea tanto a nivel tópico como psicológico, pudiendo recrear una atmósfera de sensaciones. Su uso en cosmetología se encuentra en fórmulas que nuestros ancestros crearon en su día como bálsamos, ungüentos o pomadas.
Pero este tipo de principio activo también requiere conocer una serie de precauciones a tener en cuenta antes de usarlo:
- Las mujeres embarazadas deben evitar aceites los aceite esenciales.
- Los aceites esenciales no deben ingerirse nunca.
- Es conveniente probarlos en un área pequeña de la piel antes de aplicarlo extensamente. Esto es especialmente importante en el caso de personas que poseen una piel muy sensible o que padecen de alergias dermatológicas.
- Todos los aceites esenciales deben ir diluidos en un aceite portador.
- No satures con aceites esenciales, ya sea por medio de un difusor o por cualquier otro método, el aire de una habitación en la que haya niños pequeños a menos que utilices aceites sumamente diluidos.
- Manten los aceites esenciales fuera del alcance de los niños.
- Nunca apliques más cantidad de la recomendada. Una mayor cantidad no significa mayor eficacia. Podría producirse intoxicación.